martes, 23 de agosto de 2011

Las adicciones

Las adicciones que tenemos en nuestras vida (Comer, fumar, beber, comprar, trabajar, no poder estar solos, etc.) Son más que simples adicciones, son escudos protectores que nos impiden encontrarnos a nosotros mismos e impiden revelar la esencia de nuestro ser. Sin embargo debemos encontrar la certeza de que YO puedo satisfacer esos espacios en nuestro interior y empoderarnos para llenarlos de una manera positiva. Puedes usar la siguiente afirmación: (Me dispongo a liberarme de la necesidad de tener adicciones, me dispongo a liberarme del miedo, me dispongo a liberarme de la necesidad de esta forma de protección, estoy a salvo.)

jueves, 11 de agosto de 2011

MILAGROS DE POSTRE

Este mes que transitamos es un tiempo para recibir, para hacer nuestros sueños realidad, para que los anhelos de nuestro corazón se manifiesten. Y aunque esta energía de manifestación viene del universo, también nosotros podemos apoyar este trabajo preparándonos para recibir estos milagros, ¿cómo lo hacemos? Sencillo he aquí la receta casera para recibir milagros:Los ingredientes principales e indispensables son: Toda tu intención previamente horneada en casa  y el amor del centro de tu corazón. Añade grandes porciones de chocolate estelar y un montón de posibilidades. Así obtendrás una gran tanda de bizcochos cósmicos rellenos con trozos de milagros. Un truco importante; Cuando veas una necesidad de otro, cólmala energéticamente. Si ves a una persona pobre, envíale bendiciones financieras, si ves a una persona solitaria envíale amor y abrazos, si ves a alguien que sufre, visualiza que ese dolor se ha ido. Acércate a la bandeja, agarra un puñado de milagros caseros y compártelos. Cada pensamiento cuenta, cada minuto de cada día.

martes, 9 de agosto de 2011

EL ANGEL DE LA SERENIDAD

Hoy nos saluda el ángel de la serenidad recordándonos que es la serenidad la que proporciona la fluidez natural a cada circunstancia y momento de nuestras vidas. Es la que nos inspira a disfrutar todo, entendiendo que nada es permanente. Esta serenidad proviene del alma, ese centro solido y firme que nos nutre y nos ayuda a entender que los buenos y malos momentos de la vida no perduran y que simplemente son parte de nuestro crecimiento espiritual.