Hoy nos saluda el ángel de la serenidad recordándonos que es la serenidad la que proporciona la fluidez natural a cada circunstancia y momento de nuestras vidas. Es la que nos inspira a disfrutar todo, entendiendo que nada es permanente. Esta serenidad proviene del alma, ese centro solido y firme que nos nutre y nos ayuda a entender que los buenos y malos momentos de la vida no perduran y que simplemente son parte de nuestro crecimiento espiritual.
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